Poco a poco nos vamos haciendo a la nueva rutina.
Más horas de oficina y más tiempo para nosotros que hemos cambiado por echar más de menos de lo que nos gustaría a los nuestros.
No vamos a mentir, seguir viviendo a casi 20 grados y ver la playa a diario ayuda a amortiguar la distancia.
Los fines de semana se han convertido en descubrir Valencia y sus alrededores, hacer de anfitriones todavía bastante perdidos para los que vienen a vernos, o cargar las maletas en el coche y escaparnos fugazmente a Zaragoza.
La vida es cambio, es adaptación, son retos... y poco a poco vamos disfrutando de todo lo nuevo.
-C O N T I N U A R Á-